Por Maurice Roberts
[The Banner of Truth Magazine, Dic 1993]
No obstante, aquellos que leen su Biblia cuidadosamente han podido ver que el pecado es un monstruo que está las puertas del alma humana, procurando continuamente penetrar, que sólo puede ser dominado por aquellos que tienen la gracia (Gén. 4:7). Por tanto, para el cristiano bien instruido, el pecado se muestra con su verdadera naturaleza como “sobremanera pecaminoso” (Rom. 7:13). No ven el pecado únicamente en las vidas de los personajes de la Escritura sino en todos los que viven alrededor de ellos—y principalmente en ellos mismos. Por larga y dolorosa experiencia han llegado a ver que es tan difícil sacudirnos del pecado como lo sería sacudirnos de nuestra sombra. Se levanta con nosotros cada mañana y nos acompaña durante todas las actividades del día, sean seculares o sagradas. Tiene toda una colección de habitaciones bien amuebladas en cada departamento de nuestra vida y cruza rápidamente por cada miembro del cuerpo y por cada facultad de la mente y del alma. No conoce día de reposo y nunca toma vacaciones de verano.
CONT.
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