sábado, 29 de junio de 2013

Las piezas no encajan


¿Qué harías tú si ves a un niño afanosamente tratando de encajar dos piezas incompatibles de un rompecabezas? Seguramente tratarías de enseñarle que por la forma que tienen esas piezas no pueden ir juntas. Si el niño persiste en tratar de unirlas, hará daño a las piezas y, de continuar por el camino de la obstinación, se hará daño a sí mismo.
De la misma manera, esta locura a favor del matrimonio homosexual no es más que el intento de unir lo que fisiológicamente evidencia ser incompatible. El resultado no puede ser otro que daño a las piezas y a los mismos defensores del matrimonio gay... y tristemente a toda la sociedad. Los no fumadores inhalarán el putrefacto humo de una inmoralidad desenfrenada.
Podrán utilizar ecuaciones diferenciales, la fórmula de la relatividad y geometría avanzada. El problema es que las piezas no encajan.

lunes, 24 de junio de 2013

El diseño del matrimonio

En su libro THE SHEPHERD LEADER AT HOME, Timothy Witmer ofrece los siguientes encabezados acerca del diseño del matrimonio en uno de sus capítulos:

  1. El matrimonio fue diseñado para satisfacer la necesidad de compañía (Gén. 2:18, 20).
  2. El matrimonio fue diseñado para proveer ayuda en las tareas de la vida (Gén. 1:26-28).
  3. El matrimonio fue diseñado para ser la relación humana primaria (Gén. 2:24).
  4. El matrimonio fue diseñado para ser permanente.
  5. El matrimonio fue diseñado para ser la relación humana más íntima (Gén. 2:24).
  6. El matrimonio fue diseñado para ser un fuente de gran gozo (Gén. 2:23).
  7. El matrimonio fue diseñado para reflejar la relación entre Cristo y Su iglesia (Ef. 5:31-32).
El Señor nos ayude a llevar a cumplimiento el propósito del diseño divino en nuestros matrimonios.

jueves, 20 de junio de 2013

Los sermones de Juan Calvino

Condenado o Perdonado


Lo siguiente es un extracto de un sermón de C. H. Spurgeon:

“Nunca ha existido un híbrido entre un creyente y un incrédulo. El hombre estará vivo o muerto. No hay punto medio. O estás del lado de los que están vivos, o del lado de los que están muertos y necesitan ser vivificados. No pienses mantenerte indeciso entre dos opiniones. En su mayoría, los que dicen estar indecisos realmente tienen una opinión; no tienen la intención de servir al Señor y dicen en sus corazones: ‘¿Quién es el Señor para que le sirva?’ ¿Me permiten hacer una solicitud? La hice en una ocasión y Dios la bendijo con la conversión de varios. Aparta un tiempo a solas, quizás esta noche; toma un pedazo de papel y un lápiz, y después de haber reflexionado con toda honestidad y justicia en el estado de tu alma y de tu condición ante el Señor, escribe una de dos palabras: si sientes que no eres creyente, escribe la palabra CONDENADO, y si eres creyente en Jesús y has puesto tu confianza únicamente en Él, escribe la palabra PERDONADO. Hazlo, aunque tengas que escribir la palabra ‘condenado.’ Recientemente recibidos en la iglesia a un joven que dijo: ‘Señor Spurgeon, yo escribí la palabra CONDENADO, y me quedé mirándola; allí estaba; la había escrito yo mismo: CONDENADO.’ Al mirar la palabra las lágrimas comenzaron a correr y su corazón se comenzó a quebrantar, y al instante huyó a Cristo, puso el papel en el fuego y escribió PERDONADO. Ese joven fue el sexto que había venido al Señor de esa manera. Por lo cual te ruego que lo pruebes; Dios puede bendecirte igualmente.

[365 Days with Spurgeon]

miércoles, 19 de junio de 2013

¿Se casó Caín con una hermana?

“Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc...” (Gén. 4:17). ¿Con quién se casó Caín? Esta es una pregunta que todo lector de Génesis no puede evadir. La historia bíblica nos enseña que Dios creó a un hombre y a una mujer, y que de ellos se pobló el mundo. Según Génesis 5:4, en los 930 años que vivió Adán, éste “engendró hijos e hijas.” Conocemos más acerca de tres de ellos: Caín, Abel y Set, pero eso no elimina la realidad de que Adán y Eva tuvieron muchos otros hijos, en cumplimiento de la ordenanza divina de multiplicarse en la tierra. Es ineludible pensar que si todos los habitantes de la tierra en Génesis 4 son descendientes de Adán y Eva, hermanos se iban a casar entre sí.

John D. Currid lo expresa del siguiente modo:
“La única explicación posible para la existencia de la esposa de Caín es que ella sea hija de Adán (ver 5:4). El matrimonio de hermanos y hermanas es inevitable si la raza humana descendió de una sola pareja. Cuando tal necesidad ya no existe, la práctica es prohibida por el mandamiento específico de Dios” (Genesis, Vol. 1, p. 152).
 Esto levanta una pregunta: ¿Y no es el incesto condenado en las Escrituras? Ciertamente sí. El Señor dio muchas leyes al respecto en el Pentateuco (Lev. 18:7-17; 20:11-12, 14, 17, 20-21; Deut. 22:30; 27:20, 22, 23). La intimidad sexual o los matrimonios entre personas de vínculo familiar cercano estaban absolutamente prohibidos. Pero esas leyes fueron dadas al pueblo de Israel muchos años después. Durante mucho tiempo las sociedades permitieron la existencia de este tipo de relaciones. El padre mismo de Moisés se casó con su tía Jocabed (Ex. 6:20). Y anteriormente vemos que Abraham se casó con su media hermana (Gén. 20:12). Los peligros genéticos que acompañan las relaciones de consanguinidad en la actualidad no estaban presentes en aquel entonces. Tenemos que concluir que Caín tuvo que haberse casado con una hermana, o al menos con una sobrina.



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