viernes, 29 de marzo de 2013

El impacto de la trascendencia de Dios en la adoración



“En las iglesias reformadas, la majestad divina es un artículo de fe, y levanta un temor piadoso en cada acto de adoración pública. Hay orden en los servicios, y los adoradores están apercibidos de estar en la presencia de Jehová, el Dios de majestad inefable. Un concepto bíblico de Dios—lo que Él es en sí mismo y lo que es para su pueblo—es adecuado para inspirar la adoración más elevada y la alabanza más noble. Ciertamente echa fuera los pensamientos ligeros, las expresiones frívolas y las actuaciones mundanas” (Malcolm Watts, What is a Reformed Church?, p. 13).

lunes, 25 de marzo de 2013

Sobre la hospitalidad

En el enlace de abajo, Randy Alcorn responde a una pregunta sobre las razones por las que la hospitalidad escasea en nuestros días. Está en inglés. Ojalá que alguien se anime a traducir su breve respuesta al español. Si así lo hacen, lo podremos reproducir por esta vía.
http://www.epm.org/blog/2013/Mar/25/hospitality


viernes, 22 de marzo de 2013

Cuando se miente para quedar bien

Un maestro de una clase de escuela dominical que tenía cinco alumnos muy perezosos, les encargó de tarea la lectura de un capítulo de la Biblia para la semana siguiente. Al llegar el día les preguntó:
—“Bien, espero que esta semana hayan sacado  buena enseñanza de la tarea que les encargué. ¿Cuántos de ustedes leyeron ‘todo’ el capítulo 17 del Evangelio de Marcos?”
Todos levantaron la mano orgullosos, con cara de no haber roto nunca un plato.
—“Les felicito, dijo el maestro, Habéis logrado leer el capítulo invisible de Marcos... que yo sepa ese Evangelio sólo tiene 16 capítulos.”
Este es un ejemplo de cuando la mentira nos hace lucir peor.

viernes, 1 de marzo de 2013

La codicia

“Se dice de una señora que, en el momento de bajar las escaleras de su casa oyó exclamar a su criada: ‘¡Me faltan 500 pesos para ser feliz!’ Pensando sobre el asunto, y deseosa de traer felicidad a la muchacha, la mujer volvió sobre sus pasos y tomando el dinero se lo dio. La muchacha no sabía cómo dar las gracias a su bondadosa señora, que con una sonrisa prosiguió su camino, deteniéndose un poco más abajo para escuchar las exclamaciones de júbilo en que, sin duda prorrumpiría la joven. Mas cuál no sería su desencanto cuando, en vez de alabanzas a Dios lo que oyó fue un lamento: ¡Tonta de mí! ¿Por qué no dije MIL en vez de quinientos?’
 
“Así es el corazón del hombre. Nunca satisfecho... a menos que lo llene la gracia infinita de Cristo. ‘Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed —dijo el Señor Jesús—, mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salta para vida eterna.’”

*Ilustración  tomada de la Enciclopedia de Anécdotas e Ilustraciones de Samuel Vila.