jueves, 26 de julio de 2012

La progresión del pecado en el Salmo 1

"Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado" (Salmo 1:1).
El versículo contiene tres figuras para describir la espiral descendente del pecado en los hombres: Andar, Estar y Sentarse. Una cosa es encontrarnos en una ocasión de pecado, y otra muy diferente permanecer en él. El consejo de los malos puede afectarnos para inducirnos a pecar. Pero si perseveramos en el mal, nos podemos convertir en esos que son descritos como "malos", los que aconsejan para el mal. Pero el asunto no se detiene ahí. De malos podemos pasar a ser burladores. Estos son descritos como los que están sentados en el mal.
El hombre verdaderamente bienaventurado evitará el mal a toda costa. Odia verse a sí mismo pisando el camino del pecado. Pero cuando peca, procura salir rápidamente de ese camino. Cuando la conciencia de los hombres se cauteriza e insensibiliza, entonces moramos cómodamente en el mal.
El pecado nunca nos anuncia hasta dónde está dispuesto a llevarnos. Nos promete que será un asunto pasajero y temporal, cuando en realidad no se rendirá de seducirnos hasta que nos encontremos durmiendo plácidamente en los brazos de la injusticia.
No permitamos que el pecado se convierta en una hábito, en una actitud de rebeldía y dureza del corazón. La suerte de quienes eso hacen es muy diferente a la del hombre bienaventurado del Salmo 1.

miércoles, 25 de julio de 2012

Las Instituciones de Calvino en español moderno


Con gran gozo recibimos la noticia de que LA INSTITUCIÓN DE LA RELIGIÓN CRISTIANA de Juan Calvino está por fin disponible en español moderno y actualizado. La edición anterior ha servido al pueblo de Dios por mucho tiempo, pero su español arcaico impide el aprovechamiento máximo de una obra tan importante.
Los que deseen adquirir la obra en Santo Domingo, Rep. Dominicana, pueden contactarnos para su adquisición y hacer clic aquí para ver más información: http://conta.cc/Oir4VH
Fuera de nuestro territorio, se puede obtener en Amazon a través del siguiente enlace:
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lunes, 23 de julio de 2012

Pelea por tu vida

El título de esta entrada se deriva de un capítulo del libro HERMANOS, NO SOMOS PROFESIONALES, de John Piper. Al igual que en la entrada anterior, fue citada recientemente por Justin Taylor en referencia al tema de la lectura.
"Concuerdo con Martyn Lloyd-Jones en que la lucha por hallar el espacio para la lectura es una lucha por la propia vida. 'Deja que tu esposa o cualquier otra persona lleve los mensajes por ti y diga a las personas que llaman por teléfono que no estás disponible. ¡Uno tiene que luchar, literalmente, por su vida en ese sentido!' [Preaching and Preachers (Grand Rapids, Mich.: Zondervan Publishing House, 1971), 167].
La mayoría de nuestros fieles no tiene idea de cuánto nos cuestan dos o tres sermones a la semana en términos de agotamiento intelectual y espiritual, para no mencionar el agotamiento que producen las penas familiares, las decisiones de la iglesia y los dilemas teológicos y morales imponderables. Yo, por ejemplo, no soy como los resortes, que se reponen solos. Mi balde gotea, incluso cuando no está vertiendo. Mi espíritu no se repone a la carrera. Sin tiempo que dedicar a la lectura y la reflexión apacibles, después del apremio de la preparación de los sermones, mi alma se amilana y se alza el fantasma de la muerte ministerial. Pocas cosas me asustan más que el comienzo de la improductividad consecuencia de la actividad desenfrenada acompañada de poco alimento espiritual y poca meditación.
La gran presión que tenemos encima hoy día es la de ser administradores productivos, pero lo que la iglesia necesita son poetas espirituales que oren. No me refiero (necesariamente) a pastores que escriban poemas, sino a apastores que sientan el peso y la gloria de la realidad eterna, incluso en medio de una reunión de negocios, que porten en sus almas tal sentido de Dios que provean, con su sola presencia, una orientación nueva que dé vida hacia el Dios infinito. Por su propia alma y por la vida de su iglesia, luche por dedicar un tiempo a alimentar su alma con rica lectura" (Hermanos, No Somos Profesionales, pp. 81-82).

jueves, 19 de julio de 2012

¡Pelea por tu tiempo de lectura!

Esta semana el hermano Justin Taylor publicó en su blog unas notas bajo el título: Pastores: ¡Peleen por su tiempo de lectura! Fueron reflexiones de Charles Spurgeon basadas en 2 Timoteo 4:13: “Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos.” Sus notas fueron las siguientes:
No sabemos de qué libros se trataba, y sólo podemos especular en cuanto a qué eran esos pergaminos. Pablo tenía unos cuantos libros que había dejado atrás, quizás envueltos en el capote, y Timoteo debía ser diligente en llevárselos.
Hasta los apóstoles deben de leer.
Algunos de nuestros hermanos ultra-calvinistas piensan que un ministro que lee libros y que estudia su sermón debe de ser una especie muy deplorable de predicador. El hombre que sube al púlpito y profesa tomar su texto en el instante y hablar cualquier cantidad de tonterías es el ídolo de muchos. Si habla sin premeditación, o si pretende hacerlo así, y nunca prepara lo que ellos llaman 'un plato de cerebro de hombres muertos'—¡oh, ése es un predicador!
¡Cuán reprendidos son por el apóstol!
Es inspirado y ¡aun así quiere libros!
Ha estado predicando al menos durante treinta años, y ¡aun así quiere libros!
Ha visto al Señor, y ¡aun así quiere libros!
Ha tenido una experiencia más amplia que la mayoría de los hombres, y ¡aun así quiere libros!
Ha sido arrebatado al tercer cielo y ha oído cosas que no son dadas a los hombres expresar, y ¡aun así quiere libros!
Ha escrito la mayor parte del Nuevo Testamento, y ¡aun así quiere libros!
El apóstol dice a Timoteo, y lo dice también a todo predicador: "Ocúpate en la lectura" (1 Tim. 4:13).
El hombre que nunca lee, nunca será leído.
Aquel que nunca cita a alguien, nunca será citado.
Aquel que no usa los pensamientos de los cerebros de otros hombres demuestra que no tiene cerebro propio.
Hermanos, lo que es cierto con respecto a los predicadores es cierto con respecto a todas las personas. Ustedes necesitan leer. Renuncien a toda la literatura ligera y estudien tanto como puedan las obras de teología sana, especialmente a los escritores puritanos y sus exposiciones de la Biblia.

miércoles, 18 de julio de 2012

Una Palabra Viva y Eficaz

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” (Hebreos 4:12, RVR60)


Es muy común ver textos bíblicos ser interpretados fuera de contexto. Hebreos 4:12 no es la excepción. Nos memorizamos su contenido, pero ¿entendemos la importancia de su ubicación aquí en este capítulo y en el libro de Hebreos en sentido general?
Es importante observar que el versículo inicia con "porque", pues su contenido guarda estrecha relación con lo que ha venido diciendo. ¿Qué ha estado tratando el autor? Éste ha estado advirtiendo y exhortando a sus oyentes utilizando el caso de los israelitas en el desierto como ejemplo. Exponernos a la Palabra de Dios no garantiza que recibiremos sus beneficios. Ellos recibieron la voz de Dios por medio de su siervo Moisés. Fueron testigos de grandes portentos. Sin embargo, no acompañaron con fe el mensaje que escucharon, y por ende fueron infructíferos. La indignación de Dios fue tal que juró en su ira que no entrarían en su reposo (Heb. 3:7-11, 16-19; 4:2-6).
La aplicación del caso en la vida de los lectores de esta epístola se hace evidente en el v. 12:
Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.” (Hebreos 4:11, RVR60)
¿Qué ocurrió con los israelitas? Que no creyeron ni depositaron su confianza en el Señor. El autor, entonces, ve el riesgo en el que se encontraban sus lectores y les cita las Escrituras del AT para demostrarles que el mismo Dios que juró que esos israelitas no iban a entrar en su reposo y cumplió su palabra, es el que ahora les habla por medio de su Hijo Jesucristo. No escuchar la voz de Cristo es no escuchar a Dios. Endurecer el corazón contra la Palabra de Dios es endurecer el corazón contra Dios. ¿Cuál es el arma que utiliza el autor de Hebreos? La Palabra de Dios. Cita el Salmo 95 en los capítulos 3 y 4, diciéndonos con esto cómo nuestras conciencias tienen que estar atadas a todo el consejo de Dios en las Sagradas Escrituras. Dios tiene que ser creído. Cuando Él habla, hay que prestar atención.

“La carga central de Hebreos es el reto a responder apropiadamente a la voz de Dios en la Escritura y a la exhortación cristiana que se deriva de la Escritura” (David Peterson, The Trustworthiness of God, p. 118).
  • Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron.” (Hebreos 2:1–3, RVR60)
  • Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.” (Hebreos 12:25, RVR60)
  ¿Cómo estás escuchando la voz de Dios? El que tenga oídos para oír, que oiga lo que Hebreos nos enseña con respecto a la vida y eficacia de la Palabra de Dios.

sábado, 14 de julio de 2012

¿Qué significa este versículo?

¿Qué significan las palabras del Salmo 8:2?
"De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo."
Steven Lawson responde:
"Esto significa que Dios usa a los débiles para derrotar a los poderosos. Así se manifiesta una vez más la grandeza de Dios. Su fuerza es más que suficiente para capacitar a los hombres más débiles a vencer  a los enemigos más poderosos" (Holman OT Commentary, PSALMS, Vol. 1, p. 50).

miércoles, 11 de julio de 2012

Los días de las pequeñas cosas


¿Qué minúsculas son las semillas en comparación con los árboles? Es impresionante el tamaño que alcanzan algunos de ellos a partir de semillas tan pequeñas. Cuántos árboles se han dejado de cultivar porque sus semillas fueron menospreciadas. Los días de las pequeñas semillas no son días sin importancia. Todavía no vemos lo que serán, pero no podemos dejar de visualizar por la fe lo que Dios puede hacer.
Eso mismo ocurre con los niños. Mientras son tiernos es el momento de trabajar con ellos; de sembrar la Palabra de Dios en sus corazones; de cultivar virtudes y de eliminar vicios. Hoy podemos guiar sus frágiles ramas. Mañana será humanamente imposible.
La falta de dominio propio cuando son niños puede parecernos una tontería. Pero el adulto sin control sobre su espíritu será un desastre para él y para los demás. Si ese vicio no es estorbado mientras son pequeños, es posible que tengan que luchar contra eso por el resto de sus vidas. Toda la culpa no es de ellos. Parte de la culpa la tienen los padres que no hicieron el trabajo.
- Los criminales de hoy una vez fueron niños.
- Los estadistas de hoy una vez fueron niños.
- Hitler fue una vez niño.
- Charles Spurgeon una vez fue niño.
- Judas fue niño; Jezabel fue niña; Herodes fue niño.
- Moisés fue niño, David fue niño, nuestro Señor Jesucristo fue niño.
No menospreciemos los días de las pequeñas cosas. Piensa en lo que tus hijos pueden llegar a ser por la gracia de Dios.
Tenemos el caso del rey Josías:
De ocho años era Josías cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén. Este hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda. A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas.” (2 Crónicas 34:1–3, RVR60)
Samuel menospreció a David por ser el hijo más joven de Isaí. Se fijó en otro físicamente más impresionante.
Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” (1 Samuel 16:7, RVR60)
Una de las formas en que menospreciamos los días de las pequeñas cosas es que tratamos los pecados de nuestros hijos como si no tuvieran trascendencia. Para Dios, sin embargo, los pecados de los niños son pecados que Él también abomina.
Podemos deducir esto de lo ocurrido en los días del diluvio. Sólo Noé y su familia se salvaron. Pero tenemos un caso explícito en 2 Reyes 2:23-24 cuando unos muchachos se burlaron de Eliseo.
Después subió de allí a Bet-el; y subiendo por el camino, salieron unos muchachos de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube! ¡calvo, sube! Y mirando él atrás, los vio, y los maldijo en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos.” (2 Reyes 2:23–24, RVR60)
Parecía “cosas de muchachos”, pero a Dios no le hizo mucha gracia.
Dios ha puesto a tus hijos bajo vuestro cuidado. La paternidad es una mayordomía. En el fondo sabemos que no son nuestros. Son un préstamo por un breve período de tiempo. Tenemos que aprovechar la oportunidad para dejar las huellas correctas en sus almas.
Padres, ¿están ustedes seguros de ser las personas de mayor influencia en la época más influenciable de vuestros hijos? ¿Están seguros de que esa influencia es para bien? Una mala influencia puede dañar a un hijo. Cuando la mala influencia viene de parte de los padres, el asunto es peor. No menosprecies los días de las pequeñas cosas.

viernes, 6 de julio de 2012

Estudia la Biblia intencionalmente

Cuando hablo de estudiar la Biblia intencionalmente, me refiero la hecho de que hay algo en el estudio concienzudo de las Escrituras que no lo provee su mera lectura. Escudriñar y reflexionar con detenimiento nos provee frutos abundantes y duraderos.  Para esto necesitamos apartar tiempo significativo, acudir a herramientas de estudio y escoger el lugar apropiado para evitar al máximo las distracciones. No menos necesarias son la disciplina y la diligencia (2 Tim. 2:15).
"Ningún versículo de la Escritura le dará su significado a los perezosos" (A. W. Pink).
La salvación es por gracia, pero el conocimiento bíblico es por las obras. La Biblia es alimento para el alma, pero hay que llevarlo de la mente al corazón. No hay tiempo predeterminado que debemos dedicar al estudio de la Palabra de Dios, pero éste sí nos dice que debemos desearla como los niños recién nacidos desean la leche materna (1 Ped. 2:1-2). ¿Cómo está tu apetito espiritual? El apetito es un indicativo del estado de salud de los individuos, y lo mismo podemos decir con respecto al alma.
"Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien" (Josué 1:8).
¿Cuándo será la próxima vez que vas a estudiar tu Biblia? Espero que sea pronto.