sábado, 30 de junio de 2012

El sistema digestivo del alma


Reflexionar es el sistema digestivo del alma. Es la capacidad dada por Dios al hombre de rumiar lo conocido con el propósito de hacerlo llegar al corazón. No debemos anhelar ampliar nuestro almacén de conocimientos por la mera acumulación en sí. Nuestro gran interés es ser sabios a la manera de Dios. La lectura que no va acompañada de meditación difícilmente tenga un impacto duradero. Es mejor leer un versículo con meditación, que capítulos enteros de manera irreflexiva.
  • “En tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos.” (Psalm 119:15, RVR60)
  • “Se enardeció mi corazón dentro de mí; En mi meditación se encendió fuego, Y así proferí con mi lengua:” (Psalm 39:3, RVR60)
  • “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.” (Jeremiah 15:16, RVR60)
  • “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Joshua 1:8, RVR60)
Comentando sobre las palabras del Salmo 119:15: "En tus mandamientos meditaré", Charles Bridges expresa que el salmista había hecho una resolución de meditar que vino a ser un hábito en su mente. ¿Desarrollaremos nosotros el mismo hábito?
Charles Bridges, An Exposition of Psalm 119, p. 32.

jueves, 28 de junio de 2012

Padres deístas

El deísmo es ese sistema de pensamiento que aunque afirma que Dios es el creador del universo, presenta a un Dios desconectado de su creación. Hizo el mundo, pero luego de darle 'cuerda', lo dejó funcionando como si fuera un reloj. El relojero ya no tiene nada que ver con lo que aquí acontece. Los hombres hacen y deshacen, pero Dios no hace absolutamente nada.
Hay padres que son como el dios de los deístas; traen hijos al mundo pero están desconectados de lo que acontece con ellos. Quizás puedan ser padres responsables en cuanto a los aspectos físicos y materiales de sus descendientes, pero son descuidados en lo que tiene que ver con el estado eterno de sus almas. Los hijos hacen y deshacen, y los padres no interfieren. Son deístas.
El Dios de las Escrituras, sin embargo, no es así. Cuando el hombre pecó en Edén, la intervención de Dios no se hizo esperar. Cuando la maldad llegó al colmo en Génesis 6, el Señor envió el diluvio. Al contemplar el trato que Dios tiene con sus hijos espirituales, vemos claramente que los disciplina a todos en amor (Heb. 12:5-11). Los padres que descuidan la instrucción espiritual y dejan a un lado el uso de la vara con sus hijos, viven más acorde con el dios de los deístas que según el Dios de las Escrituras.

Tiburón ballena


Una de las hermosas fotografías de National Geographic.
"¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo, o con cuerda que le eches en su lengua? ¿Pondrás tú soga en sus narices, y horadarás con garfio su quijada? ... ¿Cortarás tú con cuchillo su piel, o con arpón de pescadores su cabeza?" (Job 41:1-2, 7).
http://photography.nationalgeographic.com/photography/photos/life-color-blue/

miércoles, 27 de junio de 2012

Lee o muere

En su blog, Paul Tautges escribió lo siguiente con respecto a la importancia de la lectura:
“Un cristiano que lee es un cristiano que crece. Un cristiano que no lee es uno que decrece. La razón por la que esto es cierto es que la vida Cristiana nunca es estática. Siempre nos estamos moviendo en una dirección u otra. Nuestra mente es un músculo que necesita ejercicio continuo o se torna perezosa y se deteriora. La mente es un regalo increíble de Dios que, como parte de lo que la Biblia identifica como corazón, está íntimamente involucrada en nuestra comunión con Él. Si no alimentamos nuestra mente nuestra alma se secará y morirá. Por tanto, es nuestro privilegio y responsabilidad estimular bien la mente. Debemos disciplinarnos a nosotros mismos a pensar con el propósito de desacelerar la velocidad de la atrofia progresiva que naturalmente toma lugar como resultado de la caída. En cuando a ayudarnos a ser mejores pensadores, nada se acerca tanto en valor como el que seamos mejores lectores. Por esta razón llamo vuestra atención a uno de los mejores libros que he leído este año, Lit! A Christian Guide to Reading Books, por Tony Reinke.”

Quien desee leer su artículo completo en inglés puede hacerlo aquí.

lunes, 18 de junio de 2012

¿Romanos de Martyn Lloyd-Jones en español?


Sí, pero no todo. Es un resumen en más de 900 páginas de su monumental obra.
A continuación información al respecto:

Cuando a mediados de los años cincuenta del siglo XX el gran predicador y maestro galés, Dr. Martyn Lloyd-Jones, inició su épica serie sobre la Epístola a los Romanos, pocos podían imaginar que catorce años más tarde aún seguiría con su exposición y que, finalmente, se jubilaría antes de acabarla y es que, por aquel entonces, se involucró en una enseñanza tan exhaustiva y de tal profundidad que quizá este resultado fuese casi inevitable. La profundidad y la facilidad de comunicación fueron dos características muy pronunciadas en la carrera ministerial de Lloyd-Jones que le permitieron, sin embargo, explicar esta epístola de una manera en que, por fin, todos pudieran entenderla en su totalidad. A través del más destacado maestro de la Biblia del siglo XX, como muchos lo consideran, el ministerio del Espíritu Santo cambió por completo la vida de las numerosas personas que solían asistir a sus reuniones del viernes por la noche en Londres. Su "lógica fervorosa" tocó una profundidad más interna, y los oyentes ya no volvieron a ser los mismos. Un Maestro aún mayor que el mismísimo Lloyd Jones dijo que la verdad nos haría verdaderamente libres. No es algo que suceda de forma automática, claro está, ni tampoco mágica. Lo que nuestro Señor quería decir era que entender con el corazón libera. En tiempos recientes, nadie impartió un concepto tan claro de esa verdad que rompe la esclavitud mejor que "el doctor", como se le conocía cariñosamente.

Años más tarde, puso esa serie de enseñanza de catorce años por escrito. El resultado fue una gran cantidad de páginas impresas recogidas en numerosos volúmenes muy aclamados, que tenían por objetivo bendecir a un sinfín más de personas de habla inglesa en todo el mundo. En cierto sentido, esto creó también un doble problema, ya que su serie sobre Romanos es de por sí una pequeña biblioteca y, por tanto, no está al alcance de la mayoría de los que se comunican principalmente en español. Roy Davey, un compatriota galés que se sintió abrumado por toda la enseñanza albergada en aquellas páginas, quiso que tan valioso material estuviera a disposición de un público más amplio, por lo que emprendió la tarea de sintetizar el contenido de los libros. He aquí el resultado: un volumen de fácil lectura, y sin restricciones, para el mundo hispano. Contiene joyas de la verdad que, cuando se captan, convierten a las personas en seguidores más ricos y adoradores más apasionados del Dios trino. Este es el tipo de creyentes que el Señor busca: los que habiendo visto realmente su majestad y su manera tan asombrosa de tratar con los hombres, salen y hacen prodigios en su nombre como consecuencia inevitable de aquello que han comprendido. El deseo del autor es, por tanto, que muchos conviertan este comentario en parte integral de su vida diaria, o, tal como él mismo lo expresa en su prólogo: “…como si fuera su pijama habitual y como parte de sus meditaciones matutinas”, para que las proezas que glorifican a Dios y que salen de lo más profundo de la adoración lleguen a ser la norma.

Roy Davey pasó catorce años en el Perú como misionero independiente y regresó a Inglaterra el 7 de mayo de 2007 con su esposa, de nacionalidad peruana. Juntos viven en Brighton, en la costa sur, donde se deleitan en las profundidades e inmensidades de la vida cristiana y adoran a su glorioso Salvador.

Recomendamos al lector visitar nuestra página COMENTARIOS BIBLICOS.

sábado, 16 de junio de 2012

Los ídolos son nada y hacemos tanto de ellos

En Isaías 2 el profeta denuncia la idolatría del pueblo de Dios al dejarse afectar de la mundanalidad de las naciones vecinas:
“Además su tierra está llena de ídolos, y se han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos.” (Isaías 2:8, RVR60)
Al mismo se anuncia el remedio:
“Y quitará totalmente los ídolos.” (Isaiah 2:18, RVR60)
Lo interesante es que la palabra ídolo allí es 'elil, que significa "nada". El plural 'elilim, suena como el plural para Dios, 'elohim, y es usado por Isaías como una especie de mofa por la insignificancia de los ídolos [Alec Motyer, Isaiah by the Day, p. 22]. 
Son menos que nada, y sin embargo hacemos tanto de ellos.

sábado, 9 de junio de 2012

El cristianismo se juvenece — interesante artículo, sorry en inglés

Thomas E. Bergler in The Juvenilization of American Christianity:

Many larger American churches have remained vibrant by adapting to the preferences of younger generations. Many of those adaptations have enriched the church. In 1950, many people who went to church did so out of a sense of social obligation. While at church, they didn’t expect either to have fun or to be challenged to work for social justice. Just as many people go to church today, but now, by and large, they want to be there be there because their faith is providing them with strong feelings of connection to God, to others, and to a spiritual mission. As a result of juvenilization, they are more likely to have intense experiences of God, participate in a service or mission trip, and engage in Christian political activism. Evangelical youth ministries made religious conservatives less dour and legalistic. Progressive Protestant, Catholic, and African American youth leaders eventually won the battle to get Christians to see social and political concerns as legitimate elements of their faith.
Of course these changes came at some cost. White evangelicals invested heavily in young people and aggressively adapted to their preferences for an informal, entertaining, feel-good faith. They ended up with churches full of Christians who think that the purpose of God and the Christian faith is to help them feel better. Liberal Protestant youth leaders seriously misjudged the cultural tastes of young people and underestimated how much effort it would take to form countercultural social activities. They ended up with aging congregations and declining numbers. Roman Catholics were slow to juvenilize their churches and invested less in the spiritual formation of youth than they had before the crises of the sixties. They ended up with thousands of nominal Catholic adherents with relatively low levels of religious knowledge and commitment. African American churches managed to retain a high level of religious loyalty without much juvenilization, thanks to the close identification between racial and religious identities among African Americans. But there are signs that younger generations of African Americans may now be less automatically connecting with the church, particularly in urban areas outside the South.
Although juvenilization has renewed American Christianity, it has also undermined Christian, it has also undermined Christian maturity. First, the faith has become overly identified with emotional comfort. And it is only a short step from a personalized, emotionally comforting faith to a self-centered one. Second, far too many Christians are inarticulate, indifferent, or confused about their theological beliefs. They view theology as an optional extra to faith, and assume that religious beliefs are a matter of personal preference. Many would be uncomfortable with the idea of believing something just because the Bible, the church, or some other religious authority teaches it. And they are particularly resistant to church teachings that impose behavioral restrictions. If we believe that a mature faith involves more than good feelings, vague beliefs, and living however we want, we must conclude that juvenilization has revitalized American Christianity at the cost of leaving many individual mires in spiritual immaturity. (224-225)


Esta cita fue publicada por Kevin DeYoung en su blog y fue tomada del libro  The Juvenilization of American Christianity.

Reflexiones sobre la humanidad de Cristo (2)

Jesucristo es Dios. No hay nada en la definición de deidad que le falte a nuestro Señor. Sin embargo, también podemos afirmar con toda fortaleza que no hay nada en la definición de humanidad que a él le falte, excepto el pecado. Hablando con toda precisión, aunque el pecado es una característica distintiva del hombre caído, no es un elemento del diseño original de Dios. El hombre fue creado sin pecado. En ese sentido, Jesús llena todos los requisitos que un hombre necesita para ser hombre, pero más como éste es descrito en los primeros dos capítulos del libro de Génesis.

Dios creó al hombre con intelecto, voluntad y emociones, y cada uno de estos aspectos se encuentra en la persona de Jesucristo como hombre. Una persona con dos naturalezas. En otras palabras, la persona de Jesús posee al mismo tiempo una mente divina y una mente humana, una voluntad divina y una voluntad humana, emociones divinas y emociones humanas. Esto no es más que un reflejo del hecho de que el hombre está hecho a imagen de Dios.

UNA MENTE HUMANA
El texto clave y típico para hablar de esto es Mateo 24:36. “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.” No olvidamos todos aquellos otros textos que afirman y demuestran la omnisciencia del Hijo de Dios. Jesús conocía los pensamientos y las intenciones de los hombres antes de que los expresaran en palabras. Vio a Natanael aun antes de encontrarse con él. ¿Cómo es posible, entonces, que no supiera una información tan importante del plan de la redención? La respuesta más plausible y adecuada es reconocer que Jesús es una persona única; es el único Dios-hombre del universo. Como Dios sabe todas las cosas (Juan 21:17), pero como hombre, su mente es limitada y finita.
Es muy importante entender que en Jesús las dos naturalezas no se mezclan. Es decir, su deidad no deifica su humanidad, ni su humanidad humaniza su deidad. Por el hecho de ser Dios, no posee una mente humana infinita (en tal caso su mente dejaría de tener características humanas). Su persona lo sabe todo y no lo sabe todo a la vez. Como Dios lo sabe todo; como hombre no.
Dios no tiene necesidad de aprender. Conoce el pasado, el presente, el futuro y lo que pudo haber sido. Como hombre aprendió las Escrituras como un ser humana común y corriente, y creció en sabiduría (Luc. 2:52), algo que es imposible afirmar con respecto a Dios. La humanidad de Jesús fue tan humana que cuando los hombres le escucharon afirmar que era el Mesías, expresaron: "¿No es éste el hijo de José?" (Luc. 4:22) y "¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?" (Juan 6:42); y también: "¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón?" (Mr. 6:3).
La mente humana de Jesús no es omnisciente, como tampoco es humanamente omnipotente ni omnipresente.
"Como hombre, Cristo sabía tanto de Dios (o de su propia deidad) como a Dios le plugo revelarle: por medio de la revelación general dada en la obra de creación y providencia, por medio de la revelación especial dada en las Escrituras del AT y por medio de la revelación profética dada a él en su capacidad como Mediador… La paradoja es, desde luego, que la deidad que le asombra es la suya propia. Lo que Él vino a ser se queda maravillado ante lo que ya era" (Donald Macleod, From Glory to Golgotha, pp. 18-19).

UNA VOLUNTAD HUMANA
Ejerció su voluntad divina cuando se encarnó. "He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad…" (Heb. 10:7); "se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres" (Fil. 2:7). Pero estando ya encarnado, tomó la decisión de hacerse obediente hasta la muerte (2:8).
Sin embargo, cuando le vemos en el momento de su agonía, en Getsemaní, las dos voluntades se encuentran. Humanamente hablando no quería beber la copa, pero expresó: "Pero no sea como yo quiero, sino como tú" (Mateo 26:39). Evidentemente, la voluntad divina era que fuera a la cruz, y eso hizo en gozosa obediencia.

EMOCIONES HUMANAS
¿Qué de sus emociones? Tuvo emociones humanas comunes. No fue un ser extraño que huyó de todo contacto social. Por el contrario, se rodeó de un grupo de hombres débiles pero cuya compañía disfrutaba (Mr. 3:14). Tuvo cerca de sí a tres hombres: Pedro, Jacobo y Juan, y de éste último se dice de manera particular que era el "discípulo a quien él amaba" (Juan 19:26). Los relatos evangélicos también nos muestran a un Jesús que se identificó con los hombres con su misericordia y compasión (algo que Hebreos 2 nos ofrece como un requisito de su obra sacerdotal intercesora). Él es mostrado lleno de gozo o lleno de tristeza, enojado de indignación y frustrado con la incredulidad a su alrededor (Mat. 17:17).

Es precisamente porque es hombre que pudo morir en nuestro lugar, ¡nuestro lugar! Nos entiende porque es Dios, pero también porque es hombre. ¿No es eso más para nuestro ánimo y aliento? Como Dios lo sabe todo. Conoce nuestras experiencias y cómo nos sentimos. Pero también nos dice que lo sabe como hombre. Fue tentado en todo según nuestra semejanza. ¡Un gran Salvador es Jesús el Señor!



Algunos materiales recomendados de estudio sobre este tema:
- The Christian Faith (Michael Horton)

martes, 5 de junio de 2012

Temas de la Conferencia Bíblica 2012

Estos serán los temas de las sesiones generales y los talleres de nuestra próxima Conferencia Bíblica.


Sesiones Generales (por Donald Whitney):


(1) La importancia y propósito de las disciplinas espirituales
(2) La identidad de las disciplinas espirituales #1: la lectura y estudio de la Palabra
(3) La identidad de las disciplinas espirituales #2: la memorización y meditación
(4) La identidad de las disciplinas espirituales #3: la oración
(5) Las disciplinas espirituales y la iglesia
(6) Preguntas y Respuestas


Talleres:


* Cómo vencer a los enemigos de una vida devocional significativa
* Job: El sufrimiento y la comunión con Dios
* Enoc, Abraham, Moisés y David: Cuatro casos de intimidad con Dios
* Cerca de Dios... a favor de otros (la oración intercesora)
* El Gran Ejemplo: Jesús y su vida de comunión con el Padre
* El poder para ministrar viene de adentro: la ineficacia del mero servicio externo (Isaías 6)
* "A éste miraré…" (Isaías 66:2)
* "Acercaos a Dios" (Santiago 4:8)


Nos vemos el 25 de octubre en el inicio de nuestra Conferencia 2012.

lunes, 4 de junio de 2012

Reflexiones sobre la humanidad de Jesucristo


Al hablar de cristología, ha sido mi experiencia tanto dentro como fuera del salón de clases, percibir que el tema de la humanidad de Jesucristo es uno de los más difíciles de comprender por los creyentes. Afirmar que Jesús es 100% hombre es fácil. Lo difícil es aceptar todas las implicaciones de que esto sea así. Las inquietudes surgen cuando tenemos que explicar la realidad de cómo una sola persona puede vivir con dos naturalezas al mismo tiempo. Jesús es Dios y hombre a la vez.
  • “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna” ( 1 Juan 5:20).
  • “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5).

Ambas verdades son cruciales. Afirmar una cosa y no la otra es atentar contra todo el plan divino de redención. Si sólo un hombre murió en la cruz, entonces fue un mentiroso quien lo hizo, porque Jesús se proclamó a sí mismo como Dios. Por eso había dicho que podía poner su vida y volverla a tomar. En ese sentido podemos decir que Jesús se resucitó a sí mismo. No fue un ángel quien murió. 

Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con su propia sangre.” (Acts 20:28, LBLA)

Este texto nos habla de sangre. Sólo Jesus hombre podía tener sangre. Sin embargo se afirma que Dios compró la iglesia con su sangre. Podemos decir que Dios no murió (porque en tal caso dejaría de ser Dios; Dios no puede morir), pero al mismo tiempo afirmamos que quien murió es Dios, porque Jesús es Dios. Murió Jesús en su humanidad, nuestro representante, pero el Hijo de Dios continuó soberano todo el tiempo, llevando a culminación el maravilloso plan de redención concebido desde antes de la fundación del mundo.

Tenía que ser un hombre quien muriera para ser así nuestro representante. Así como estuvimos representados en el primer Adán, así lo estamos en el segundo Adán (Rom. 5:12-21). Es por eso que decimos que cualquier cosa que atente contra la humanidad de Cristo ha de ser considerada como altamente peligrosa y dañina. Nuestra salvación depende de ello.

La encarnación fue un pre-requisito de la expiación. Era absolutamente necesario que el Hijo de Dios se hiciera hombre. Es un asunto absolutamente soteriológico. Sin la humanidad de Jesús no sólo no tendríamos actualmente un intercesor en los cielos, tampoco se habría llevado a cabo la redención.

Los evangelios abundan en detalles que buscan establecer más allá de toda duda el hecho de que Jesús es un hombre. De ahí los relatos de su nacimiento, la información que Lucas nos brinda acerca de su crecimiento (Luc. 2:52), los detalles genealógicos. Ni siquiera podemos decir que Jesús es presentado como un súper-hombre. Padeció hambre y sed, se cansó y durmió, aprendió un oficio, se transportó a través de los medios normales de su época, se entristeció y lloró, sangró y murió.

Además de esto, tenemos declaraciones explícitas con respecto a su encarnación:

·      Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1:14, LBLA)
·      Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:5–8, LBLA)
·      E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: El fue manifestado en la carne, vindicado en el Espíritu, contemplado por ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.” (1 Timoteo 3:16, LBLA)
·      Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo.” (Hebreos 2:14, LBLA)

Mostrar la verdadera humanidad de Cristo también fue uno de los propósitos de Juan al escribir su primera epístola. Observa la forma en que éste da inicio a la misma: ”Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida” (1 John 1:1, LBLA)

Claro está, hay muchas cosas que con nuestra limitada capacidad no podemos comprender ni conciliar. Sólo Jesús es Dios y hombre a la vez. La razón es porque “sólo en Jesús nuestra esperanza está.” Como afirma el libro de Hebreos, Dios no socorrió a los ángeles (Heb. 2:16), sino a los hombres. Para hacerlo se hizo como nosotros “para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Heb. 2:17-18).

Continuaremos reflexionando sobre este tema en nuestras próximas entradas.

Algunos materiales recomendados de estudio sobre este tema:

viernes, 1 de junio de 2012

Nuevo website — COMENTARIOS BIBLICOS

Con el fin de asistir al estudiante de las Escrituras en el conocimiento y adquisición de los diferentes comentarios bíblicos que hay disponibles, Palabra Fiel se complace en presentar su nueva página COMENTARIOS BÍBLICOS. Les animamos a visitarla, conocerla, utilizarla y recomendarla a todo lector y estudiante de la Palabra de Dios. Nuestro deseo es mantenerla actualizada con los mejores comentarios de los mejores comentaristas.
No está de más aclarar que cada comentario posee su propia calidad y que la inclusión de los mismos no implica la aceptación de todas las posturas que abraza determinado autor o libro. En esta base de datos los comentaristas representan diversas denominaciones, y aunque no estamos de acuerdo con ellos en todos sus puntos, reconocemos el valor y la contribución que cada uno hace al cuerpo de literatura cristiana que poseemos.
Aunque el énfasis está en los materiales disponibles en español (de ahí la presentación de cada libro con su portada), no quisimos dejar de incluir una sección con comentarios en inglés recomendados para beneficio de aquellos que tienen acceso a este idioma.
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