martes, 27 de septiembre de 2016

¿Qué es la oración?

por Eric Alexander

Malos entendidos con respecto a la oración:
  1. La oración no es un pretexto para no hacer nada —un sustituto del trabajo.
  2. La oración no es simple ni principalmente pedir cosas que necesitamos a Dios.
  3. La oración no es una recitación mecánica de algunas palabras que nos hemos aprendido.
  4. La oración no es la preservación de una élite —una actividad reservada para los grandes santos o una casta clerical.
  5. La oración no está confinada a ciertos “lugares santos”.

¿Qué es la oración, entonces? ¿Cuáles son los elementos de la oración?
  1. Al orar estamos entrando en la presencia de Dios por medio del acceso obtenido para nosotros por la muerte sacrificial de Cristo (Heb. 10:19-22).
  2. Adoramos a Dios por todo lo que Él es.
  3. Alabamos a Dios y le damos gracias por todo lo que hace.
  4. Nos humillamos a nosotros mismos delante de Dios por lo que somos, y confesamos nuestros pecados y faltas.
  5. Suplicamos ante el trono de Dios y le pedimos aquellas cosas buenas en las que somos totalmente dependientes de Él, aquellas cosas que son conforme a su voluntad.
  6. Intercedemos por otros.
*Tomado del capítulo 1 del libro Player: A Biblical Perspective.

sábado, 17 de septiembre de 2016

La feria de la vanidad

Con el paso del tiempo comprendo cada vez más por qué los grandes hombres de Dios del pasado y del presente leían o leen EL PROGRESO DEL PEREGRINO de Bunyan tan frecuentemente. Algunos incluso trataban de leerlo una vez al año. Entre los amantes de la famosa alegoría de Bunyan podemos mencionar a Charles Spurgeon, J. I. Packer, entre muchos otros.

¿Te has sentido en el pantano del desaliento o en el castillo de la duda? ¿Te has visto herido luchando contra Apolión? ¿Has conversado con Locuacidad y te has encontrado con Pronto-a-cojear? Bunyan fue sencillamente genial.

De seguro que en tu paso por el mundo, como buen peregrino, te has sentido atravesando la Feria de la Vanidad. Bunyan presentaba a los peregrinos como extranjeros a los habitantes de la feria. Hablaban de manera distinta, se vestían diferentes, en fin, mostraban que su ciudadanía estaba en los cielos. Definitivamente debemos cuidarnos de la mercancía de este mundo. Los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida nos exponen a un gran peligro; un peligro del que no están apercibidos los habitantes de esta feria.

Si nunca has leído EL PROGRESO DEL PEREGRINO, o si hace mucho que no lo haces, anímate. Te esperan grandes aventuras.