lunes, 2 de noviembre de 2015

Sirve a Dios ya, la vida es corta

“La Escritura nos exhorta de muchas maneras distintas a que tengamos un compromiso absoluto con Dios, y el libro de Eclesiastés lo hace enfatizando la vanidad o fugacidad de la vida (Eclesiastés 6:12; 9:9; 11:8). La idea de que la vida pasa rápido yace en el trasfondo del pasaje de hoy, en donde se nos dice que ‘echemos [nuestro] pan sobre las aguas’, para que podamos encontrarlo después de muchos días (11:1). Esta imagen viene del comercio marítimo, donde los barcos eran enviados para vender productos y recibir una ganancia. En el mundo antiguo obtener beneficios del comercio marítimo podía tomar mucho tiempo porque el viaje era lento y laborioso. Pero el comerciante tenía que tomar el riesgo y enviar todos sus bienes a otros puertos si quería sobrevivir. Tenía que ponerlo todo sobre la mesa, por así decirlo, en esa empresa; de lo contrario, no se beneficiaría. En esencia, el Predicador nos exhorta aquí a comprometernos totalmente con la empresa de servir a Dios. La vida es corta, y no hay tiempo para la indecisión. Si hemos de servir a Dios, debemos servirle plenamente. Dado que la muerte nos viene tan rápidamente a todos, puede que no haya un mañana para nosotros”. 
Extraído y traducido de Tabletalk, la revista de los Ministerios Ligonier, ejemplar de noviembre de 2015, pp. 86-87.