miércoles, 25 de abril de 2012

3 Maneras de Alentar a tu Pastor

Por R. C. Sproul Jr.

Los pastores también son humanos. Eso significa, desde luego, que ellos pecan, pero también significa que tienen necesidades humanas comunes. Aunque nadie se liga al ministerio con el fin de recibir riquezas o elogios, honor o poder, aunque los pastores están llamados a servir a otros y no a ellos mismos, eso no significa que no sean dados al desaliento.
La mayoría de nosotros durante la mayor parte del tiempo, amamos a nuestro pastor y estamos agradecidos con él. No obstante, muy pocos de nosotros entendemos que necesita aliento. Lo que todavía menos de nosotros comprendemos es cómo podemos ser de aliento para él. He aquí tres ideas sencillas.
Primero, presta atención a su trabajo. Aunque no tenemos el deber de estar en la iglesia cada vez que sus puertas están abiertas, una de las cosas que desalienta a los pastores es nuestra indisposición a aprovechar y beneficiarnos de sus dones. Cuando el pastor trabaja en su estudio para preparar una lección estudio bíblico o escribe una entrada en su blog, y las ovejas bajo su cuidado no prestan atención, es desalentador. Eso le dice al pastor: “No valoro lo que haces por mí y por mi familia. Tus esfuerzos no tienen ningún efecto porque ni siquiera me molesto en leer o escuchar. Voy a descargar los sermones de las celebridades que no me conocen. Leeré la sabiduría de aquellos que tienen contratos de libros.” No es que tu pastor está celoso de los dones de otros. Tiene celo por tu alma y tu crecimiento en sabiduría. Un hombre menos dotado que te conoce y te ama es mucho más poderoso en tu vida que un hombre más capacitado pero lejano.
Segundo, habla bien de él a otros. Si el pastor está inclinado hacia el desaliento, cuando hablas bien a él puede que no tengas el impacto que quisieras. Tales palabras de bondad puede ser fácilmente anuladas como bondad y no gratitud, como lisonja y no sinceridad. Pero si le llega el mensaje, y le llegará, de que has hablado bien de él a otros en la iglesia o a otros en tu comunidad, se verá obligado a poner en su corazón tus buenas palabras. También puede alentar a aquellos con quienes hablas a tener un aprecio más profundo hacia tu pastor,  y usualmente eso es algo bueno. Desde luego, a quien más debes hablar acerca de tu pastor es al Gran Pastor de las ovejas. Ora con gratitud por el hombre que Cristo te ha dado y ése hombre será alentado.
Tercero, sigue la piedad. Por cuanto te ama, lo que tu pastor más quiere por encima de cualquier otra cosa es que crezcas en gracia y sabiduría, para venir a ser más como Jesús. Lo que más le desalienta no es ver cuán pobremente ha sido tratado, ni cuán mal ha sido honrado, sino cuán mal están andando sus ovejas. Lo que más le alienta, sin embargo, es cuando andas bien. Cuando ve el rostro sonriente de tu esposa, él sabe que eso se debe que estar procurando ser un esposo y padre piadoso, y eso le alienta. Cuando te ve ofrecer la otra mejilla en la relación que guardas con el hermano que se sienta a tu lado, se alienta al conocer que la levadura del reino se está esparciendo entre su rebaño. Cuando te ve visitando a la viuda y al huérfano, él sabe que estás practicando la religión verdadera y se regocija.
En pocas palabras, no digas a tu pastor cuán inteligente es, ni cuán brillante son sus sermones. No le digas lo gracioso que es, ni cuán lleno de dignidad. Muéstrale cómo su trabajo de enseñarte a Jesús te está haciendo más como Él. Ése es el deseo de su corazón, porque ése es el deseo de Su corazón.

Traducción: Salvador Gómez Dickson
Fuente: http://www.ligonier.org/blog/3-simple-ways-encourage-your-pastor/?utm_source=feedblitz&utm_medium=FeedBlitzEmail&utm_content=5575&utm_campaign=0

1 comentario:

Anónimo dijo...

Wao, excelente trabajo, muchas veces no nos detenemos a valorar el trabajo, el sacrificio con que el o los pastores se ponen a preparar una enseñanza o una predica, es ciertísimo que muchas veces le llega el desalentó al ver que nadie dicenada de uno u otro trabajo que realizan, sabiendo que ellos no están esperando que lo alabemos, pero debemos alentarlo constantemente, puede ser a través de un comentario, una palmada en la espalda, un gesto positivo, Etc.