sábado, 18 de febrero de 2012

Principios para entender las aparentes discrepancias de la Biblia — 3

 [El siguiente material ha sido publicado con permiso del autor, del libro SÍNTESIS DEL NUEVO TESTAMENTO de Arturo Pérez—más abajo información acerca de cómo obtener un ejemplar del libro]

7. El hecho de que un reporte sea incompleto no significa que sea falso.

En ocasiones tenemos temas en la Biblia que han sido reportados por diferentes testigos, y la Biblia recoge el testimonio de estos testigos registrando la información de cada uno de ellos. El hecho de que estos reportes sean diversos, no implica que el hecho es falso, sino más bien que estos reportes son complementarios para nosotros tener una idea más completa de lo que pasó. Cada testigo o cada escritor que registra el resultado de su investigación colocó en el reporte algún detalle relevante que lo que hace es traer más luz.
El hecho de que uno de los evangelistas haya omitido un detalle porque su interés fue concentrarse en otro hecho de la realidad, no significa que ese reporte incompleto sea falso.
Por ejemplo, Marcos 5:1-20 y Lucas 8:26-39 hablan de sólo un endemoniado, mientras que Mateo 8:28-34 habla de dos. Marcos y Lucas registran un informe parcial que se enfoca sobre el más prominente de los dos endemoniados. Los relatos no son contradictorios, sino complementarios porque dan más información cuando se los toma juntos.
Otro ejemplo es la confesión de Pedro de que Cristo era el Mesías. Mateo 16:16 dice “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Marcos 8:29 solo registra “Tú eres el Cristo”. Lucas 9:20 dice “El Cristo de Dios”.

8. Las citas del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento no necesitan ser siempre exactas.

Así como tenemos al día de hoy diferentes traducciones de la Biblia en español, los creyentes del tiempo de la iglesia primitiva citaban a menudo la Septuaginta (LXX) que era una traducción del Antiguo Testamento hebreo al idioma griego. La Septuaginta en sí misma, al ser una traducción del hebreo al griego, cuando se

traduce de vuelta al hebreo, o se compara con el texto hebreo la traducción no necesariamente es idéntica. Y por otro lado, los mismos escritores del Nuevo Testamento, al citar el Antiguo Testamento, a veces citaban el texto memorizado, no literal, y otras veces lo citaban libremente, tanto del texto hebreo como de la LXX. De ahí que algunos alegan que hay “contradicciones” porque no es literalmente lo que dice el texto del AT. El punto es que cada autor cita al AT de acuerdo a la enseñanza que quiere hacer referencia, y para eso, a veces lo hace literalmente, a veces lo cita de la LXX y a veces lo hace libremente.
De igual forma pasa con los dichos de Jesús, que en algún evento podemos ver diferentes expresiones según el evangelista que cita al Señor. Josh McDowell refiere a Grant Osborn en este comentario: “La inerrancia no demanda que los logia jesu (los dichos de Jesús) contengan las ipsissima verba (las palabras exactas) de Jesús, sólo la ipsissima vox (el significado exacto) (…) Cuando un escritor del Nuevo Testamento cita los dichos de Jesús, no indica necesariamente que Jesús usó esas palabras exactas. Es indudable que en el Nuevo Testamento se encuentran palabras exactas de Jesús, pero no es necesario que sean exactas en cada oportunidad. Hay muchos de los dichos de Jesús que se pronunciaron en arameo, y por ello tuvieron que ser traducidos al griego. Además (…) los escritores del Nuevo Testamento no tenían a su disposición las convenciones lingüísticas que aplicamos hoy. De modo que es imposible que nosotros sepamos cuáles de los dichos son citas directas, cuáles son discurso indirecto y cuáles son aun versiones libres”*

9. La Biblia no necesariamente aprueba todo aquello que registra.

Es un error asumir que todo aquello que está contenido en la Biblia es recomendado por la Biblia. En la Escritura se registran algunas mentiras, por ejemplo procedentes de Satanás (Gen.3:4 comp. Jn.8:44) aunque la Biblia nunca aprueba la mentira sino que solo la registra. La verdad de la Biblia se encuentra en lo que ella revela y enseña, no en lo que registra. Otro ejemplo es el caso de inmoralidad cometido por David adulterando y dando sentencia de muerte a un hombre inocente para quedarse con la mujer de su prójimo (2Sam.11:4). La Biblia tampoco promueve la poligamia cuando registra la cantidad de esposas que tuvo Salomón (1Re.11:3), ni tampoco aprueba la incredulidad del necio que dice “no hay Dios” (Sal.14:1).

10. La Biblia usa el lenguaje común, no técnico.

El hecho de que la Biblia no es un libro de texto científico eso no significa que sea erróneo, sino que la Escritura tiene un propósito distinto y sobre todo, escrito para que todas las generaciones antiguas y futuras lo entiendan.
Algunos critican que en la lista de Levítico 11:13 dentro de las “aves inmundas” incluye al murciélago, el cual no es un ave, sino un mamífero volador. Debemos notar que la clasificación taxonómica de las especies no fue dada por la ciencia sino hasta el siglo XVIII por Carlos Linneo, quien ordenó las familias de acuerdo a cierto criterio. Lo que hace la Biblia para el judío es tomar la clasificación que se conocía en la época para que el pueblo estuviera claro en la lista de animales voladores que eran inmundos. De hecho, la palabra hebrea en Levítico 11:13 (owph) no es “ave” como hoy la conocemos, sino más bien “poseedor de un ala”, lo cual aplicaba tanto a las aves, al murciélago y a otros insectos voladores.
También se había criticado que Levítico 11:6 dice que la liebre “rumia” cuando realmente no es un rumiante como la vaca o el camello, porque no tiene el mismo sistema digestivo de varios estómagos para los diferentes procesos. Sin embargo, hace más de 20 años se descubrió que las liebres sí son rumiantes – en un sentido – porque mastican de nuevo el bolo alimenticio. Cuando la liebre y los conejos comen su alimento este pasa muy rápidamente por el sistema digestivo casi de manera intacta sin ser muy digerido, y es defecado en esas bolitas verdes que solemos ver en los criaderos de los conejos. O sea que al ingerir de nuevo estas bolitas, de hecho, están rumiando o volviendo a digerir lo que ya antes habían digerido.

[Continuará...]
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