En el momento presente estamos llamados, por encima de cualquier otra cosa, a orar por un avivamiento. ¡No permita Dios que nos convirtamos en un grupo de personas que se contenta con denunciar el activismo pero no hace nada más! Esto es lo que se dice de algunos de nosotros. ¡Dios nos libre de que tal cosa resulte ser verdad! ¿Acaso vamos a vivir solo como gente negativa, siempre señalando las faltas de otros y los errores que tienen en sus sistemas teológicos, criticando los mismos y ridiculizándolos? Por supuesto que no. ¿Entonces cuál es nuestro llamamiento? Estamos llamados a proseguir con nuestra tarea continua de predicar el evangelio en toda su plenitud, en toda su cabalidad, según la form are predicación puritana. Hagamos cuanto esté en nuestra mano utilizando todos los medios bíblicos y legítimos para la propagación y defensa de la fe... La época en la cual vivimos y la condición de la iglesia —por no hablar de aquella del mundo— exigen de nosotros una gran convicción en cuanto a la soberanía de Dios, la absoluta necesidad de la obra del Espíritu Santo y todas las demás cuestiones que he tratado de destacar. Esto significa que lo que necesitamos no es nada menos que un avivamiento.[pp. 44-45]
lunes, 19 de octubre de 2015
Necesitamos un avivamiento
La siguiente es una cita del libro LOS PURITANOS: SUS ORÍGENES Y SUCESORES de Martyn Lloyd-Jones:
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