“Pues contigo aplastaré ejércitos, y con mi Dios escalaré murallas” (Salmo 18:29).
Los ejércitos representan la oposición de enemigos. La vida estará llena de actividades contrarias, de la oposición activa de otros contra el bien de nuestras almas. Si luchamos amparados en nuestras fuerzas, y si lo hacemos descansando en nuestra propia prudencia, la derrota es segura. Pero el salmista está muy consciente de que Dios hace la diferencia. “Contigo aplastaré ejércitos.”
Las murallas representan los obstáculos con que nos encontramos en nuestra peregrinar por este mundo. Pueden parecernos insalvables. Su altura es imponente. “Hasta aquí llegué”, puede ser la expresión de rendición que externemos. El salmista está consciente de que sin Dios no es posible escalarlas, pero con Él haremos proezas (Sal. 60:12).
El Señor no nos promete una vida sin oposición ni obstáculos. Lo que nos ha prometido es estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt. 28:20).
1 comentario:
Bendiciones hermano, buena reflexión, continua asi, atesorando todo el consejo de Dios y compartiendo reflexiones que sean edificación tanto para los que profesamos la fe cristiana como aquellos que andan en ocuridad y necesitan ser alumbrados por el evangelio de nuestro Señor Jesus.
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