“La conquista del mundo, el triunfo de la tecnología y la omnipresencia de los centros comerciales—nuestros templos al consumismo—no son las herramientas por las que el espíritu humano puede ser reparado. De esto no debe haber ninguna duda, porque si la afluencia y el mundo brillante y resplandeciente en que ésta se levanta pudieran ser el solvente de todos los males humanos que yacen sumergidos bajo la superficie de la vida, entonces hace tiempo que se habría desvanecido este desconcierto del alma. La verdad, de hecho, es que la conquista de nuestro mundo exterior parece estar en relación inversa a la conquista de nuestro mundo interior. Mientras más triunfamos en uno, menos parecemos ser capaces de mantener el otro.”
—David Wells
[The Supremacy of Christ in a Postmodern World, ed. Piper & Taylor, p. 39]
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