[He aquí la segunda parte de una carta de James W. Alexander enviada a su hermano menor sobre el tema del levantarse temprano por las mañanas]
"No importa la tarea que estés llevando a cabo, ésta será fomentada por la costumbre de levantarnos temprano. ¡Qué grandes ventajas tiene un estudiante por este hábito para la planificación y ordenamiento de sus responsabilidades cada día! Le asistirá en la realización de todo aquello que demande prontitud, sea leer o escribir; igualmente tendrá tiempo disponible para cualquier compromiso incidental que se presente, sin que todo lo demás quede en desorden. Mientras otro que está inclinado a clamar: 'Un poco de dormir, un poco de dormitar' (Prov. 24:33), y que comienza a las diez lo que debió haber empezado a las seis, se mete a sí mismo en un estado de prisa y confusión; se ajetrea para poder avanzar; siente que se arrastra a sí mismo todo el día; y por la noche está agotado sin haber cumplido su tarea.
Los paganos solían decir: La mañana es amiga de las musas. Ciertamente es amiga de las gracias de carácter. Si es el mejor tiempo para estudiar, también es el mejor tiempo para las devociones. Cuando se descuidan la oración y la alabanza por las mañanas, comúnmente son descuidadas todo el día; y si permites que el mundo obtenga el inicio de tu alma por las mañanas, difícilmente lo vencerás durante el día. La devoción matutina endulza cada hora subsiguiente, derrama un bálsamo sobre la conciencia, ofrece un sabor placentero a las ocupaciones, cierra la puerta contra los pensamientos pecaminosos y provee material para la reflexión piadosa.
Es mejor ir de la oración a nuestras ocupaciones, que de nuestras ocupaciones a la oración. Nuestra relación con Dios nos prepara para la relación con nuestros semejantes y cualquier otro evento, sea éste agradable o doloroso. Boerhaave, el renombrado físico, se levantaba temprano en la mañana, y a lo largo de su vida su práctica fue apartarse por una hora para la oración privada y la meditación. El Coronel Gardiner, aun estando en el campamento, solía pasar dos horas temprano en la mañana en ejercicios religiosos. El gran Juez Hale, igualmente, se levantaba temprano y se apartaba a orar, y leía una porción de la Palabra de Dios, sin la cual, decía él, nada prosperaba a lo largo del día. El filántropo Howard también se levantaba temprano. John Wesley usualmente dormía cinco horas; y durante muchos años, él y todos los primeros predicadores metodistas, tenían un servicio público a las cinco de la mañana. El Presidente Dwight mantuvo el hábito de estudiar antes del amanecer durante gran parte de su vida. Y hubo un hombre de nuestros estados sureños, un hombre laborioso que, dedicando dos horas al estudio cada mañana antes de partir a su trabajo, se convirtió en un teólogo de erudición."
[Continuará en la 3ra parte]
1 comentario:
Mi muy amado Pastor Salvador Gómez Dickson,
Gracias doy a Dios por este blog. Cuánta falta nos hace el estar bien temprano adorando a nuestro Dios y leyendo LAS ESCRITURAS para la mutua edificación entre los creyentes.
Mientras leía estos párrafos pensé en el Salmista David y su pecado con Betsabé: Este hombre dejó de mirar a Dios por un segundo, dejó sus deberes piadosos muy de mañana y a la tarde, sólo hizo falta que corfirmara el deseo de su corazón: mirar, no ocuparse de su alma, ceder a sus deseos y contentarse por unos segundos fuera del camino DEL DIOS VIVO Y VERDADERO...ÚNICAMENTE BASTA UN SEGUNDO Y EL DIABLO HARÁ QUE NUESTRO ENTENDIMIENTO SEA ARRASTRADO POR EL MUNDO Y SUS DESEOS...
Gracias por las líneas escritas en cuanto a este tema...
Reynaldo Ml. Rojas Santiago
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