“La mayoría de los nombres queda en el olvido dentro de unos pocos años después de la muerte de sus dueños. Unos cuantos son recordados por un milenio. Son menos lo que vienen a la memoria con admiración. El Nuevo Testamento comienza con estas palabras: ‘Libro de la generalogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham’ (Mt. 1:1).”
—Walter Chantry
[David: Man of Prayer, Man of War; p.7]
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