Por Jim Cromarty
Leer Salmos 102:25-28
“Tu diestra, oh Señor, es majestuosa en poder; tu diestra, oh Señor, destroza al enemigo” (Exodo 15:6).
La mayoría de las personas no tiene un verdadero interés en Dios. Algunos asisten a la iglesia, leen sus Biblias y viven lo que parece ser una vida de justicia, pero no están unidos al Señor Jesucristo por una fe dada por Dios.
Una consecuencia significativa del nuevo nacimientoes que el alma renovada tiene cierto entendimiento de la majestad y gloria de Dios. Una vez nacidos de nuevo, ya no somos esclavos de Satanás, sino ciudadanos del reino de Dios. Comenzamos a ver algo de los atributos gloriosos de nuestro Padre celestial. La gloria de Dios llena nuestras mentes y, con el ojo de la fe, contemplamos al Dios invisible, cuyo ser es perfecto en todo sentido.
La gloria de Dios es muy bien descrita en la respuesta 4 del Catecismo Menor de Westminster. Esta declara: ‘Dios es un espíritu infinito, eterno e inmutable; en su ser, sabiduría, poder, santidad, justicia, bondad y verdad.’
Al pensar en las maravillosas cualidades que Dios tiene, no podemos hacer otra cosa que exclamar con asombro: ‘¿Quién como tú entre los dioses, oh Señor? ¿Quién como tú, majestuoso en santidad, temible en las alabanzas, haciendo maravillas?’ (Exodo 15:11). Nos postramos humildemente ante el Dios de gloria y alabamos su maravilloso nombre.
Nuestro Dios es un Dios santo, ‘un Dios que se indigna cada día contra el impío’ (Salmo 7:11). ¿Y por qué es esto así? Todo pecado es una ofensa contra Él. Habacuc escribió: ‘Muy limpios son tus ojos para mirar el mal, y no puedes contemplar la opresión’ (1:13). Debemos honrar a Dios y adorarle en la ‘hermosura de la santidad’ (Salmo 96:9).
Nuestro Dios es justo en todos sus caminos. Su justicia puede ser vista en la salvación de los pecadores. Dios no pasó por alto el pecado. El pecado debe ser castigado. La espada de la ira de Dios está encima de la cabeza de cada pecador. Esa espada caerá sobre la cabeza de cada persona que no se arrepienta de sus pecados. Cada cual cargará con su pecado, culpa y vergüenza para siempre. Pero para todos los que están en Cristo, la espada de la ira ha caído sobre Aquel que cargó con el pecado, el Señor Jesús. Con frecuencia, la justicia de Dios es vista en los tratos que sostiene con los pecadores en este mundo.
Alabemos y honremos a Dios porque es inmutable—eso significa que no cambia ni puede cambiar. Es siempre fiel a todas sus promesas y advertencias. Es digno de confianza. ¡Tenemos un Dios maravilloso!
AVERIGUA LOS HECHOS
- ‘Dios es espíritu’. ¿Qué significa esto?
- Nuestro Dios es santo. ¿Qué significa esto?
- ¿Qué hace Dios a los pecadores para convertirles en ciudadanos del reino de los cielos?
PARA PENSAR Y ORAR: Piensa en cuán grande es el Dios de la Biblia. Alábale y adórale porque Él es un Dios de gloria y majestad.
UN DICHO PARA RECORDAR: “No existe misterio más grande que la eternidad de Dios” (William S. Plumer).
Esta meditación ha sido traducida y publicada del libro A YEAR WITH YOUR CHILDREN IN THE BIBLE (Un año con tus hijos en la Biblia) con permiso del autor.