lunes, 23 de abril de 2012
LO QUE PENSEMOS DEL PECADO AFECTARÁ LO QUE PENSEMOS DE LA SALVACIÓN
"Nuestra doctrina de la salvación se verá fuertemente influenciada por nuestra forma de entender el pecado. Porque si un humano es básicamente bueno, con su capacidad intelectual y moral esencialmente intacta, cualquier problema con respecto a Dios será relativamente menor. Cualquier dificultad puede ser un asunto de ignorancia, una falta de conocimiento sobre lo que debe hacer o cómo debe hacerlo. En ese caso, la educación resolverá el problema; puede que todo lo que se necesite sea un buen modelo o ejemplo. Por otra parte, si los humanos son corruptos o rebeldes, y por lo tanto no pueden o no quieren hacer lo correcto, se necesitará un cambio más radical en la persona. Por lo tanto, cuanto más severa sea nuestra concepción del pecado, más sobrenatural será la salvación que necesitemos" (Millard Erickson, TEOLOGÍA SISTEMÁTICA, p. 577).
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