Es muy común ver textos bíblicos ser interpretados fuera de contexto. Hebreos 4:12 no es la excepción. Nos memorizamos su contenido, pero ¿entendemos la importancia de su ubicación aquí en este capítulo y en el libro de Hebreos en sentido general?
Es importante observar que el versículo inicia con "porque", pues su contenido guarda estrecha relación con lo que ha venido diciendo. ¿Qué ha estado tratando el autor? Éste ha estado advirtiendo y exhortando a sus oyentes utilizando el caso de los israelitas en el desierto como ejemplo. Exponernos a la Palabra de Dios no garantiza que recibiremos sus beneficios. Ellos recibieron la voz de Dios por medio de su siervo Moisés. Fueron testigos de grandes portentos. Sin embargo, no acompañaron con fe el mensaje que escucharon, y por ende fueron infructíferos. La indignación de Dios fue tal que juró en su ira que no entrarían en su reposo (Heb. 3:7-11, 16-19; 4:2-6).
La aplicación del caso en la vida de los lectores de esta epístola se hace evidente en el v. 12:
“Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.” (Hebreos 4:11, RVR60)
¿Qué ocurrió con los israelitas? Que no
creyeron ni depositaron su confianza en el Señor. El autor, entonces,
ve el riesgo en el que se encontraban sus lectores y les cita las Escrituras del
AT para demostrarles que el mismo Dios que juró que esos israelitas no iban a
entrar en su reposo y cumplió su palabra, es el que ahora les habla por medio
de su Hijo Jesucristo. No escuchar la voz de Cristo es no escuchar a Dios.
Endurecer el corazón contra la Palabra de Dios es endurecer el corazón contra
Dios. ¿Cuál es el arma que utiliza el autor de Hebreos? La Palabra de Dios.
Cita el Salmo 95 en los capítulos 3 y 4, diciéndonos con esto cómo nuestras
conciencias tienen que estar atadas a todo el consejo de Dios en las Sagradas
Escrituras. Dios tiene que ser creído. Cuando Él habla, hay que prestar atención.
“La carga central de Hebreos es el reto a responder apropiadamente a la voz de Dios en la Escritura y a la exhortación cristiana que se deriva de la Escritura” (David Peterson, The Trustworthiness of God, p. 118).
- “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron.” (Hebreos 2:1–3, RVR60)
- “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.” (Hebreos 12:25, RVR60)
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