jueves, 19 de julio de 2012

¡Pelea por tu tiempo de lectura!

Esta semana el hermano Justin Taylor publicó en su blog unas notas bajo el título: Pastores: ¡Peleen por su tiempo de lectura! Fueron reflexiones de Charles Spurgeon basadas en 2 Timoteo 4:13: “Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos.” Sus notas fueron las siguientes:
No sabemos de qué libros se trataba, y sólo podemos especular en cuanto a qué eran esos pergaminos. Pablo tenía unos cuantos libros que había dejado atrás, quizás envueltos en el capote, y Timoteo debía ser diligente en llevárselos.
Hasta los apóstoles deben de leer.
Algunos de nuestros hermanos ultra-calvinistas piensan que un ministro que lee libros y que estudia su sermón debe de ser una especie muy deplorable de predicador. El hombre que sube al púlpito y profesa tomar su texto en el instante y hablar cualquier cantidad de tonterías es el ídolo de muchos. Si habla sin premeditación, o si pretende hacerlo así, y nunca prepara lo que ellos llaman 'un plato de cerebro de hombres muertos'—¡oh, ése es un predicador!
¡Cuán reprendidos son por el apóstol!
Es inspirado y ¡aun así quiere libros!
Ha estado predicando al menos durante treinta años, y ¡aun así quiere libros!
Ha visto al Señor, y ¡aun así quiere libros!
Ha tenido una experiencia más amplia que la mayoría de los hombres, y ¡aun así quiere libros!
Ha sido arrebatado al tercer cielo y ha oído cosas que no son dadas a los hombres expresar, y ¡aun así quiere libros!
Ha escrito la mayor parte del Nuevo Testamento, y ¡aun así quiere libros!
El apóstol dice a Timoteo, y lo dice también a todo predicador: "Ocúpate en la lectura" (1 Tim. 4:13).
El hombre que nunca lee, nunca será leído.
Aquel que nunca cita a alguien, nunca será citado.
Aquel que no usa los pensamientos de los cerebros de otros hombres demuestra que no tiene cerebro propio.
Hermanos, lo que es cierto con respecto a los predicadores es cierto con respecto a todas las personas. Ustedes necesitan leer. Renuncien a toda la literatura ligera y estudien tanto como puedan las obras de teología sana, especialmente a los escritores puritanos y sus exposiciones de la Biblia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy cierto tu bloq, es lamentable como muchos predicadores preparan su sermón 1 hora antes que empiece el culto, y después se extrañan de aquellas personas que llegan 1 vez a la iglesia y después no regresan.