martes, 6 de marzo de 2012

¿Quién escribió Hebreos?

A diferencia de muchos otros libros del NT, Hebreos no menciona explícitamente su autor. Esto ha provocado una lluvia de sugerencias como posibles escritores. Los candidatos son los siguientes:


  1. Bernabé
  2. Felipe
  3. Lucas
  4. Apolos
  5. Silas
  6. Priscila (la de Aquila)
  7. Pablo
  8. Clemente de Roma

Tertualiano propuso a Bernabé. Se ve apoyo para esto en el hecho de que Bernabé era levita (Hch. 4:36), y por ende tenía mucho conocimiento del AT. Se le conoció como “hijo de consolación”, y Hebreos contiene palabras de “exhortación” (13:22).

Se llegó a mencionar a Felipe como una posibilidad. Beza pensaba que fue un discípulo de Pablo. En este sentido se llegó a proponer los nombres de Lucas[1], Silas y hasta Priscila[2] (la de Aquila).

Martín Lutero propuso a Apolos (Hch. 18:24-26). Usó como argumento el hecho de ser de Alejandría, donde se expondría al uso de la Septuaginta y al aprendizaje del idioma griego. Además, es descrito como un hombre elocuente y poderoso en las Escrituras (Hch. 18:24). Una debilidad de esta postura es el punto de que no existe documento antiguo que lo relacione con la epístola.

El nombre de Pablo ha estado relacionado al libro desde muy temprano. Algunos manuscritos y versiones de antaño incluyeron el título: “Epístola del apóstol Pablo a los Hebreos”. Uno de los grandes obstáculos de esta sugerencia es la falta de una salutación personal con su nombre, que era la costumbre de Pablo. Clemente de Alejandría propuso que Pablo fue su escritor en el idioma hebreo, y que Lucas la tradujo al griego. Pero es una postura ampliamente rechazada.

Calvino menciona la posibilidad de que haya sido Clemente de Roma.

Aunque su identidad no puede ser establecida más allá de toda duda, podemos afirmar varias cosas con cierto grado de certeza:

(1)   Que el autor debió ser un miembro del círculo paulino. Hebreos 13:23 hace mención de Timoteo, lo cual nos deja ver que éste era conocido tanto de los lectores de la epístola como de su autor.
(2)   No fue un discípulo inmediato de Cristo (2:3). A mi juicio esto descarta al apóstol Pablo, quien afirma categóricamente que no recibió el evangelio por medio de hombres sino directamente de Jesucristo (Gál. 1:11-12).
(3)   Que conocía muy bien las Escrituras del AT, sobretodo en su edición griega, pues todas sus citas provienen de la Septuaginta. Este es uno de los escollos de los proponentes de la autoría paulina, porque Pablo acostumbraba citar el texto hebreo del AT y no la Septuaginta.
(4)   Era una persona con notable habilidad literaria (el griego de esta epístola se encuentre entre los más difíciles del NT).

“La incertidumbre en cuanto a que Pablo sea o no el escritor, proviene de la diferencia entre las epístolas paulinas y Hebreos. Para comenzar, vemos una clara diferencia en cuanto al lenguaje que se usa en Hebreos. Nada en Hebreos nos recuerda el estilo, dicción, terminología ni contenido de las cartas de Pablo. El lenguaje de Hebreos simplemente no es el de Pablo” (Kistemaker, pp. 17-18).


El Espíritu Santo quiso mantener velada la autoría humana de este libro sagrado. El Espíritu mismo es su principal autor. Frecuentemente se hace difícil estar de acuerdo con Orígenes, pero con respecto a esto del autor de Hebreos tiene razón:

“Sólo Dios lo sabe.”

El autor no era desconocido para los lectores. Les pide que oren por él (13:18). Es desconocido para nosotros. No obstante…

“Si la paternidad de esta epístola es incierta, su inspiración es indisputable” (Hayes citado por Tenney en Nuestro Nuevo Testamento, p.413).

Una de las reglas de inclusión en el canon del NT que tenía la iglesia primitiva era la apostolicidad del escrito. El autor mismo no tenía que ser un apóstol, pero sí alguien asociado a un apóstol; razón por la cual incluyeron a Marcos, Lucas y Hechos. La iglesia de occidente tardó en reconocer la canonicidad de Hebreos en base a las dudas en cuanto a quién fue el escritor. En oriente, al creer que Pablo había sido el autor, lo recibieron sin inconvenientes. Fue a finales del siglo IV que occidente se puso de acuerdo con la iglesia de oriente, incluyendo a Hebreos dentro del canon bíblico.

¡Gracias, Señor, por el gran regalo que constituye esta epístola para tu pueblo!



[1] Fue una propuesta de Calvino. Pero una gran objeción en contra es que el autor parece ser un hebreo a carta cabal.
[2] Un problema para esta postura es el participio masculino que aparece en Hebreos 11:32 para “contando”.

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