Leyendo el nuevo libro de Teología Bíblica del Nuevo Testamento de G. K. Beale me topé con un comentario interesante sobre la tentación a Eva que aparece en Génesis 3. El autor dice que Eva no citó correctamente las instrucciones que Dios había dado a Adán en 2:16-17. Antes bien, cambió el contenido en tres puntos importantes; donde cada cambio tiene implicaciones teológicas.
(1) Primero, ella minimiza sus privilegios al meramente decir: "Podemos comer" (Gén. 3:2), cuando Dios había dicho: "podrás libremente comer" (2:16). Aunque nuestras versiones en español no transmiten la fuerza del original, en realidad el texto es enfático: "comiendo comerás". La Biblia Textual sí expresa la idea cuando traduce: "De todo árbol del huerto come libremente."
(2) Segundo, ella minimiza el castigo al decir: "Para que no muráis" (3:3), cuando Dios había dicho: "ciertamente morirás" (2:17). Una vez más el texto hebreo repite el verbo para transmitir el énfasis: "muriendo morirás".
(3) Tercero, ella maximiza la prohibición al afirmar: "Ni le tocaréis" (3:3), cuando lo que Dios había dicho originalmente fue sólo: "no comerás" (2:17).
Aquí hay una importante lección con respecto al peligro de irnos por encima o quedarnos por debajo de la Palabra de Dios, de quitar o añadir a su contenido, de considerar de manera sutil nuestras opiniones a la altura de "así dice el Señor".
Oración: Padre nuestro, guárdanos de no ser bíblicos, pero también guárdanos de intentar ser más bíblicos que Tú. Sencillamente, haznos bíblicos.
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