“Cuando falta mi adoración secreta o se ha hecho inexistente, mi adoración con la comunidad y con mi familia son afectadas. Cuando mi asistencia a la adoración pública es escasa, entonces mi adoración secreta y mi adoración familiar también sufren. Estas tres esferas de adoración están interrelacionadas, se informan y estimulan la una a la otra, porque en cada una de ellas tengo un encuentro con el Señor y me beneficio de su gracia.”
—Jason Helopoulos
[A Neglected Grace, p. 27]
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