Citas del nuevo libro de Kevin DeYoung
A final de mes estará disponible el nuevo libro de Kevin DeYoung, THE HOLE IN OUR HOLINESS: FILLING THE GAP BETWEEN GOSPEL PASSION AND THE PURSUIT OF GODLINESS. Hoy Desiring God publicó algunas citas de este libro. He aquí algunas de ellas en español:
"La santidad no es sólo la meta de tu redención, es necesaria para tu redención. Ahora, antes de que suenes la alarma del legalismo, de que me amarres con los cordones de mis propias botas morales y de que alimentes a los gálatas con mi cadáver, debe ver lo que la Escritura tiene que decir... La enseñanza consistente y frecuente de la Biblia es que aquellos cuyas vidas están marcadas por una impiedad habitual no irán al cielo. Para ser absueltos por Dios en el día final debe haber evidencia fluyendo de nosotros de que la gracia ha fluido hacia nosotros" (p. 26).
"En el día final, Dios no nos absolverá porque nuestras buenas obras fueron lo suficientemente buenas, pero sí buscará encontrar evidencia de que nuestra buena profesión no era falsa. Es en este sentido que debemos ser santos" (p. 29).
"Es demasiado fácil convertir la lucha de la fe en una santificación por cotejo. Nos encargamos de unos cuantos hábitos malos, desarrollamos un par de hábitos buenos y listo. Pero una lista de cotejo moral no toma en cuenta los ídolos de los corazones. Puede que ni siquiera tenga el evangelio como parte de la ecuación. E inevitablemente, la espiritualidad por cotejo es altamente selectiva. De forma que terminas sintiéndote exitoso en cuanto a la santificación porque te mantuviste alejado de las drogas, perdiste peso, ayudaste a servir al compartir alimentos a los necesitados y renunciaste al uso de los útiles de plástico. Sin embargo, has ignorado la bondad, la humildad, el gozo y la pureza sexual" (p. 34).
"El mundo no nos provee de animadoras (cheerleaders) en nuestro camino a la piedad" (p. 38).
"Cuán terrible sería habitar en este mundo, tener una idea vaga de hay un Dios, y aún así no saber lo que él desea de nosotros. Los estatutos divinos son un don para nosotros. Dios nos da la ley porque ama" (p. 50).
"La santidad no se trata de esperar perfección ni de nosotros mismos ni de otros" (p. 66).
"La santificación no es por rendición, sino por lucha y esfuerzo divinamente capacitados" (p. 90).
"La Biblia es realista con respecto a la santidad. No pienses que todo este hablar glorioso acerca de dar muerte al pecado y de vivir para Dios [Romanos 6] significa que ya no hay más lucha o que el pecado nunca se mostrará en la vida del creyente. La vida cristiana todavía supone la obediencia. Todavía incluye una pelea. Pero es una pelea que vamos a ganar. Tienes al Espíritu de Cristo en tu esquina masacrando tus hombros, sosteniendo tu cubeta, poniendo su brazo a tu alrededor y diciéndote antes del próximo asalto con el pecado: 'Lo vas a noquear'. El pecado puede conectarte algunos ganchos. Puede golpearte en la cara de vez en cuando. Puede ponerte de rodillas. Pero si estás en Cristo, nunca te noqueará. Nunca más serás esclavo del pecado, sino libre. El pecado no tiene dominio sobre ti. No puede. No lo tendrá. Hay un nuevo Rey sentado en el trono. Sirves a un Amo diferente. Haces el saludo a un Señor diferente" (p. 105).
"Correr con todas tus fuerzas tras la santidad es otra forma de correr con todas tus fuerzas tras Dios" (p. 123).
"No debes tomar tu temperatura espiritual cada día. Necesitas observar tu progreso por meses y años, no por minutos y horas" (p. 138).
"El arrepentimiento bíblico sincero es tanto una obra de la gracia como no pecar en primer lugar. Errar es de humanos, progresar es divino" (p. 144).
"Un mundo que perece necesita que tú estés con Dios más que lo que necesita que estés con el mundo. Eso es cierto en cuanto a mí como pastor, y cierto en cuanto a ti como madre, padre, hermano, hermana, hijo, abuelo, amigo, líder de estudio bíblico, programador de computadoras, cajero, barista o ejecutivo empresarial. Tus amigos y familia, tus colegas e hijos—ellos no necesitan que hagas milagros o que transformes la civilización. Necesitan que seas santo" (pp. 144-145).
"La santidad es la suma de un millones de cosas pequeñas—el evitar pequeños males y manías, el echar a un lado pequeñas cantidades de mundanalidad y pequeños actos de transigencias, el dar muerte a pequeñas inconsistencias y pequeñas indiscreciones, el poner atención a pequeños deberes y pequeños asuntos, el trabajo duro de pequeñas negaciones personales y pequeños actos de dominio propio, el cultivo de pequeñas benevolencias y pequeñas tolerancias" (p. 145).
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