viernes, 14 de junio de 2013

Intentan matar la verdad

Muchos afirman con toda fortaleza que el hombre no es más que un conglomerado de aminoácidos, que hasta los pensamientos no son más que procesos fisiológicos. No hay verdades absolutas, sino que cada quien da origen a sus verdades personales. Todo es relativo. Lo que me sorprende es la manera tan enfática en que creen que sus convicciones son ciertas y absolutas. Se ofenden al ser confrontados con otras ideas, y se tornan religiosos hacia sus propias ideas, aun cuando se les muestre las falacias de sus argumentos. La tolerancia que profesan tener hacia el mundo de las ideas se torna en intolerancia. Dan la impresión de que no son las ideas las que buscan defender, sino los estilos de vida que no pueden justificar de otro modo que no sea ‘matando’ la verdad.

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