1. Cultiva una percepción de que te expondrás a las palabras de Dios mismo (Mateo 4:4; 2 Tim. 3:16; Is. 66:2; Heb. 12:25; 1 Tes. 2:13).
2. Repudia conscientemente a través del arrepentimiento todo aquellos que impida una recepción gozosa y una asimilación efectiva de la Palabra de Dios (1 Pedro 2:1; Sant. 1:21; Jer. 4:3).
3. Cultiva una disposición mansa y expectante de corazón hacia la Palabra que vas a escuchar (Sant. 1:21; Sal. 25:8-9; 1 Pedro 2:2; Sal. 119:20, 131; Hechos 17:11; Prov. 27:7).
4. Cultiva una disposición de dependencia en el Espíritu Santo, y la anticipación a su ministerio a través de la predicación de la Palabra (Lucas 24:45; Juan 14:26; Fil. 1:17; Salmo 119:18; Prov. 2:3-6; Juan 17:5-9).
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