"Entre los creyentes conservadores algunas veces existe la idea equivocada de que si realmente estamos centrados en el evangelio no hablaremos de reglas ni imperativos ni esfuerzos morales. Estamos tan deseosos de no confundir los indicativos (lo que Dios ha hecho) con los imperativos (lo que debemos hacer) que tenemos temor de dejar que los mandamientos bíblicos conduzcan de manera incómoda a la convicción de pecado. Tenemos miedo a palabras como diligencia, esfuerzo y deber. Los pastores no saben cómo predicar las buenas nuevas en sus sermones y aún así exhortar a sus fieles con firmeza a limpiarse a sí mismos de toda contaminación de cuerpo y espíritu (2 Cor. 7:1). Sabemos que tanto el legalismo (salvación por medio de la observación de la ley) y el antinomianismo (salvación sin la necesidad de guardar la ley) son malos, pero el antinomianismo se siente como un peligro más seguro" (The Hole in Our Holiness, p. 19).
domingo, 2 de septiembre de 2012
¿Son los imperativos compatibles con el evangelio?
¿Son los imperativos compatibles con el evangelio? Algunos han llegado a la convicción de que predicar o hablar de los imperativos del Nuevo Testamento es contraproducente a la luz de la enseñanza bíblica con respecto al evangelio. La siguiente cita de Kevin DeYound nos arroja luz al respecto:
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