Por John Love (1757–1825)
1. Devuelve acciones de gracias solemnes por las misericordias nocturnas. Ruega por asistencia para el día.
2. En todos los actos de devoción, organizaré mis pensamientos. Estaré resuelto a cumplirlos antes de comenzar. Hablaré directamente con Dios. No daré lugar a las distracciones externas o internas.
3. Leeré las Escrituras– (a) con una actitud seria y práctica; y (b) con comentarios.
4. Nunca perderé el tiempo con un libro con el cual no tengo ningún interés presente. Y, al leer cualquier libro– (a) reflexionaré en lo aprendido y (b) solicitaré asistencia divina.
5. Nunca perderé un minuto de tiempo.
6. Velaré en contra de gastos indebidos, con miras a tener más para gastar para Dios.
7. Al salir, estaré deseoso de hacer y recibir el bien. Tendré algún tema de meditación listo que ocupe mis pensamientos. Tendré una actitud agradable y útil para con todos a través de una conducta tierna, compasiva y amistosa. Evitaré las historias frívolas e impertinentes. La imprudencia es un pecado.
8. Practicaré gran moderación al comer. Velaré contra la hipocresía al dar gracias.
9. Nunca demoraré un deber, a menos que pueda probar que es mejor hacerlo en otro momento–o que otro deber más importante tiene prioridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario